jueves, 26 de febrero de 2009

36. Pelo 'e gato

Claro, como me encanta mojarme, siempre he disfrutado los famosos pelo 'e gato, esas lloviznas finas, que caen en tardes soleadas, y que lejos de enfriar, más bien refrescan.

Mis lloviznas no han sido tan refrescantes. A tantos días de terminar la quimio aun me ha quedado una especie de migraña en el lado izquierdo de la cara, que ha sido bien molesto.

Además, por mi aversión natural a los medicamentos, me aguanto el dolor hasta que se pase... claro algunos días no pasa y tengo que tomarme una Neurobion o si es demasiado una Tramacet, pero por lo general, con un poco de masaje y paciencia, se me pasa.

Estoy realmente contento de haber terminado la quimioterapia, además he recibido el cariño y el apoyo de tanta gente, que me hace sentir todavía mejor.

Un día de estos di el sapotazo. Tenía el pie mojado y al ponerme de pie, me resbalé y caí literalmente "de nalgas". Por dicha no pasó a más.

Ayer que fui al Banco, al subir unas graditas que están a la salida de mi oficina, caí sentado... se me corrió la silla de rodines que utilicé como vehículo de emergencias... :)

Afortunadamente no me he hecho daño y al final, debería ir acostumbrándome a las caídas, seguro me tocarán muchas más.

Hoy la procesión va por dentro. Ayer tuve algunas decepciones en el trabajo y hoy he pasado con la máquina caída. Espero que todo se solucione, sea para seguir aportando mi mejor esfuerzo en el Sindicato, o para buscar un nuevo lugar donde trabajar, ya veremos...

domingo, 15 de febrero de 2009

35. Resaca climática

Bueno, las lluvias terminaron, salió de nuevo el sol, pero la bendita llena no se va... y así la gente que ve con tanta esperanza como el cielo se pone azul de nuevo, pues revive su propia tragedia al ver su casa aun inundada y sin un tapón en el fondo por donde evacuar tanta agua... las llenas del Caribe son terribles, de verdad!!

Mi llena, cual resaca climática, fue terrible. Jueves y viernes estuve relativamente tranquilo, con solo algo de náuseas. El viernes vino mucha gente a visitarme y eso me distrajo y me hizo sentirme mejor, pero el sábado, el domingo y el lunes, fue terrible, como si me hubiese atropellado un camión. No me sentía bien, tenía muchas náuseas, mareos, la fatiga no se me quitaba, fue espantoso. Claro que la idea de que era la última vez no dejó de alegrarme de momento en momento.

El martes fue mi cumpleaños y pensé por un momento que me tocaría vivirlo entre achaques post-quimioteráticos, pero por fin amanecí mejor, sin náuseas al menos, solo con algo de mareos. Por la mañana mi hermana y mi sobrina me trajeron un trozo de tres leches con una velita y me cantaron cumpleaños, fue muy lindo. En la tarde fuimos a comer pizza, porque tenía un antojo, pero al final comí lasagna... hacía mucho no comía lasagna y me encantó. Me encantó además ver ahí a Eli, que ha sido un apoyo tan grande en estos días. Fue hermoso.

Sin embargo, el hecho de alcanzar un año más de vida fue además muy extraño. Por un momento creí que iba a tener una fiesta de cumpleaños apoteósica. Que Walter y el Torito organizarían un bacanal para 500 personas, donde toda la gente que conozco iría a celebrar conmigo la llegada de un año más de vida y con tan buenos pronósticos, justo como lo que hacen con los viejitos cuando cada año de vida es en si mismo un verdadero logro que celebrar y entonces les reunen a toda la familia, hijos, nietos, bisnietos y demás especies, para que apaguen un queque lleno de candelas, tantas que si de verdad lo dejaran apagarlo solo, le daría inmediatamente un paro cardio-respiratorio. Cuando me fui a dormir, sentí como que la bacanal me hizo falta, es extraño, porque no soy particularmente amante ni de las fiestas, ni de las multitudes, pero es como una sensación, egoísta y escandalosa, de echarle porras a un logro que tampoco es tan logro...

Estos días, luego del martes, me han permitido irme recuperando de verdad de los efectos de la quimio. Puedo decir que ayer por fin me sentí como nuevo, sin ningún síntoma de ningún tipo. Nuevamente mi hermana tuvo la idea de llevarnos al cine; fuimos a ver Bolt en 3D, un hecho que quería vivir, ya que como soy miope y tengo un "ojo perezoso" no estaba seguro de que la tercera dimensión me funcionara, pero la verdad fue impresionante, cuando una calabaza con el interior en llamas casi me vomita fuego en la cara y estuve a punto de acompañar a los 100 niños de la sala en un grito de terror, que afortunamente mis frenos pudorosos lograron detener a tiempo, me corroboraron que si soy un hombre del siglo XXI: ¡puedo ver las pelis de 3D!!!

Ahora tengo que empezar a recuperar mis actividades, mi vida. Aun no tengo facilidades de movilización, pero trato de hacer todo lo que puedo por mi mismo. Ya veremos que pasa en abril, cuando por fin me pongan la prótesis.

jueves, 5 de febrero de 2009

34. Mejores pronósticos

Ok, creer en las predicciones del metereológico en un país como Costa Rica es difícil... pero luego de días tan ventosos como los que vivimos, que bien suena cuando Maxito nos dice por Teletica que el frente frío ya va pasando y que para el fin de semana tendremos nuevamente días soleados de cielos azules... aunque al final haya más tormenta!!! Paradójico no?

Esta semana viví mi último ciclo de quimio, el sexto. Lunes, martes y miércoles asistí al Servicio de Oncología del Hospital México, con cierto resquemor por todo lo que se que puede pasarme, pero con una alegría indescriptible de saber que era mi último ciclo.

El lunes sucedió algo que me marcó profundamente, lo volví a vivir durante el martes y el miércoles cada vez que se repetía el mismo cuadro: muy temprano, antes de las siete de la mañana, un grupo de niñitos del Hospital Nacional de Niños, acude a recibir terapia con el acelerador de partículas (radiación). Niñitos de dos o tres años, tan pequeñitos que van de dos en dos en las camillas sin tocarse siquiera, tan frágiles con sus ojitos profundos y sus cabecitas rapadas, tan solos, con la única compañía de asistentes y enfermeras. No creo que ningún corazón pueda permanecer inmutable ante esta realidad tan cruda y tan cruel. Si uno de grande no puede a veces acompasar tantas ideas en la cabeza sobre lo que está pasándonos, me imagino a esos niñitos, cuya vida está apenas empezando... fue impresionante.

Pues el lunes fue un día muy pesado. Me lograron poner la vía en el segundo intento, pero el tratamiento tardó en salir de farmacia, por lo que ingresé a las 8 de la mañana y salí a eso de las 2 de la tarde... tan cansado, mareado y con náuseas, o sea, full extras. Esperar al taxi casi una hora, fue casi un suplicio, pero al llegar a casa, almorzar y descansar un rato, la verdad fue como si me revivieran. Para la tarde ya me sentía super bien, solo con algo de fatiga, pero muy bien.

El martes mis venas decidieron ponerse en huelga. No fue sino hasta el séptimo intento en que al fin pudieron ponerme la vía, que con lo que costó encontrarla había que cuidarla como si fuera de oro, pero como solo me ponen la epirrubicina, me da orinadera de embarazada e ir al baño con la vía puesta, cuidándola para que no se salga... haciendo equilibrio en una sola pierna... es verdaderamente una hazaña, pero por fin, la vía resistió hasta el final. Salí nuevamente con algo de mareo y náuseas, pero nuevemente se me quitaron al llegar a casa y reposar un poco.

Ayer fue mi tercer día del último ciclo y la verdad es que mi actitud superó lo que fuera. Primero tenía cita con el oncólogo, que revisó mis placas de tórax y corroboró que no hay absolutamente nada que parezca ni por asomo un tumor o cualquier otra "rareza" relacionada con el osteosarcoma. Este tipo de cáncer siente una predilección por los pulmones, luego de los huesos claro, y por eso el seguimiento será casi rutinario. No encontrar nada en las placas, luego de seis meses de la amputación es una excelente señal. El oncólogo me confirmó que estoy en claro proceso de curación y que aunque no puede darme de alta, ya que el cáncer es un proceso largo que se vence, en este caso a los siete años, estoy libre de cáncer hoy y eso me alegró mucho. Además, en la aplicación de la quimio solo hubo dos intentos de vía y todo salió muy bien. Al regresar, mucho mareo y náuseas, pero pronto se me quitó.

Además mi hermana tuvo la maravillosa idea de invitarme al cine, para celebrar mis resultados y eso me hizo muy bien.

Aun tengo pendiente un gamma oseo para marzo, exámenes de rastreo en sangre y una nueva placa de torax en abril y la siguiente cita con el oncólogo en mayo, pero de verdad me siento tan bien, tan contento, tan feliz de que ya esto de la quimio haya terminado, que no se ni que decir.

Por lo pronto, disfruto de los pronósticos de Maxito.